Propósitos de Año Nuevo
Por Alejandra Maraveles
¿Se han fijado que cada que acaba un año comienza la gente a hablar de los propósitos para el año que va a comenzar? Lo más fácil de encontrar en estas listas de propósitos siempre son los mismos, bajar de peso, dejar de fumar, llevar una vida más sana, etc.
Estas listas además de ser comunes son propósitos casi irrealizables.
¿Por qué no se pueden cumplir los propósitos?
Hay varias razones. La primera porque en realidad aunque queremos que ciertas cosas mejoren no tenemos una verdadera intención de mejorar. Hay un principio de la Yoga en donde indican que para quitarnos un hábito (entre ellos ciertos vicios) se necesitan 90 días, es decir si queremos dejar de fumar o de comer cierta comida chatarra, se necesita dejar de hacerlo por 90 días, sin interrupción… una vez que se interrumpe se tiene que reiniciar el conteo. Suena fácil ¿no? Pero en realidad es más difícil de lo que suena ya que los hábitos y costumbres, lo son porque muchas veces lo hacemos casi mecánicamente. El otro principio de la Yoga que va ligado a este primer principio es que para quitarse un hábito tiene que aparecer uno nuevo. Sólo que en este caso, para acostumbrarnos a una nueva cosa tenemos que repetir esta acción por 1000 días. Con la misma regla no podemos dejarla ni una vez porque el conteo vuelve a iniciar.
Este principio también lo aplican en los AA, se deja un hábito negativo y se construye uno positivo. Si nos atenemos a estos principios podemos ver la razón de porque los propósitos no se cumplen adecuadamente. Quizá quitarnos un hábito como es dejar de fumar o dejar de comer comida chatarra se puede realizar con esfuerzo pero se puede hacer, sin embargo el cuerpo nos va a pedir reemplazar esos hábitos con otros por lo que si lo queremos reemplazar con algo positivo nos llevaría cerca de tres años en conseguirlo. Este esfuerzo nos lleva a recaer en el primer hábito y se convierte en un círculo vicioso.
¿Qué podemos hacer entonces?
Pues para cumplir un propósito se tiene que estar completamente convencido de lo que se quiere y estar dispuesto a llegar a todas las consecuencias para conseguirlo. En hacer sacrificios y en acudir a especialistas para poder cambiar.
Otras soluciones.
Bueno aunque los propósitos para mejorar nuestro físico (y nuestra salud) son buenos propósitos, podemos en lugar de hacer los mismos por enésima vez se pueden hacer de otra clase, algo que sea menos egoísta. ¿Qué quiero decir con esto? Ya que hemos visto que lo que nos proponemos año con año no funciona, ¿por qué no cambiarlo por algo que tal vez si podemos realizar. Cómo por ejemplo podemos decir “este año que comienza trataré de ser más amable con mis vecinos”, saludar no cuesta mucho ni demanda tanto sacrificio como hacer ejercicio diario o dejar de comer lo que más nos gusta. “dejar de hablar mal de los demás” y aplicar la de “sí no tenemos nada agradable que decir de los demás mejor no decir nada”, de verdad que cuesta menos también. “Ser agradecido por lo que se tiene”, siempre queremos más y pocas veces nos detenemos a ver lo que si tenemos. Los grandes cambios provienen de aquellas pequeñas modificaciones que se hacen a diario.
“Cuerpo sano en mente sana”, no censuro el que se quiera cambiar por cuestiones de salud y estética, pero ¿de qué sirve verse bien cuando dentro seguimos igual de mal? Sí estamos dispuestos a cambiar físicamente y a hacer grandes sacrificios, hagamos un pequeño esfuerzo para cambiar la actitud hacia los demás. No hiere sonreír a los extraños, ni saludar a los vecinos y compañeros de trabajo, tampoco es malo agradecer y ser corteses con los demás.
Así que si me preguntan cuáles son mis propósitos para el año que viene les diré:
• Ser más paciente con aquellos que suelen desesperarme
• Ser más agradecida por lo que tengo
• Ser más amable cuando conduzca mi carro.
• Ser más agradable con mis compañeros de trabajo y conocidos
• Tener más tolerancia para aquellos que se equivocan.
• Irritarme menos cuando alguien me corrija
• Dejar de hablar mal de la gente
• Esforzarme por ser mejor persona cada día.
Y pues también continuar con mis propósitos trillados del año pasado. Sí, todos aquellos propósitos egoístas que no se cumplieron al 100%, recordando que se necesitan 1000 días para conseguirlos, entonces esperar otros dos años para poder decir “lo logré”.
Cómo mencionaba en un principio, terminar un año siempre es significativo, nos mueve a querer hacer cambios, porque es como otra oportunidad que tenemos de hacer las cosas mejor, de hacer un balance y tratar de quedar en números verdes. Y pues tampoco obsesionarse, ya que a veces las mejores cosas nos llegan sin planearlas, sin ni siquiera pensarlas.
Entonces hagamos nuestros propósitos, tengamos en cuenta las reglas del Yoga y no seamos tan egoístas. Y al final de este año 2011 tendremos un verdadero cambio positivo.
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