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miércoles, 27 de octubre de 2010

Circulo Vicioso

Círculo Vicioso
Por Alejandra Maraveles



En estos pasados días que hemos presenciado las celebraciones del Bicentenario del país, que podría decirse es un gran motivo de alegría, he visto con pena como también se ha hecho circular una gran cantidad de mails en cadena que van de lo poco a lo mucho, desde escritos hasta videos donde promueven el no festejo, asimismo manifiestan un constante reclamo por la situación del país.

Por el contrario de esas declaraciones expuestas en esos infames reclamos, mi pensamiento es distinto, creo que al unirnos a ese tipo de propagandas, en vez de buscar una solución nos hacemos parte de un círculo vicioso.


¿Por qué digo esto?

Primero, tenemos que comenzar a entender lo que estamos festejando, que es la fecha en la cual nuestro país está cumpliendo 200 años, y que digan o lo que digan es algo grande, porque gracias a aquellos héroes que dieron la vida por defender esta causa el día de hoy podemos contar con un país libre y soberano. Donde tenemos voz y voto, donde se nos dan los derechos con los que contamos en este momento. Claro que se tiene que festejar, ya que no encuentro alguna otra cosa más digna por cual hacer festejos.

Segundo, es una queja constante de la gente, que dice que no hay que festejar por el mal gobierno por la delincuencia, por la violencia, por la pobreza, etc. Sin embargo no que yo sea partidista o esté a favor de tal o tal gobierno, simplemente pienso, que no podemos culpar al gobierno de todo, ni que al cambiar de poder el partido las cosas van a cambiar, el verdadero cambio está en cada quien.

Para estos les tengo una cosa tomándome la libertad de modificar uno de los versos más conocidos aquí en México de Sor Juana Inés de la Cruz

Ciudadanos necios que acusáis
Al Gobierno sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis

 

Si, formamos parte de un círculo vicioso donde somos los culpables de lo mismo que nos quejamos. Decimos que vivimos en un país corrupto, entonces, no demos mordidas, enseñemos a nuestros hijos que robar es incorrecto, no compremos artículos piratas, ni películas, ni ropa, ni música; no robemos la señal de cable, no compremos artículos muy baratos cuando no sabemos su procedencia. Me tocó conocer un caso donde un niño de 10 años extorsionaba a otro niño de 10 años, cuando la madre del extorsionado se dio cuenta fue a hablar con la madre del extorsionador, y ella le dio el dinero que le había sacado a su hijo pero no quiso hacer que el niño se disculpara. La actitud de esa mujer está mal y le enseñó a su hijo que es correcto hacer cosas malas que al final todo con dinero se arregla. ¿Qué va a pasar con ese niño al crecer? Se convertirá en un hombre que pensará que puede salirse con la suya dando dinero y mordidas para escapar del castigo. Nosotros somos parte de la corrupción y mientras nosotros como ciudadanos de este país seamos corruptos, no podemos exigir gobernantes que no los sean.
Nos quejamos de las inundaciones, pues entonces no tiremos basura en la calle, basura que termina tapando las alcantarillas, barramos nuestras calles para que las hojas de los árboles no se vayan con el agua, si vemos que nuestros vecinos no barren sus aceras, por nuestro propio bien hagámoslo para que no haya inundaciones. No nos quejemos de las inundaciones si no hacemos lo que debemos.
Nos quejamos de la delincuencia, cuando nosotros mismos no acatamos las leyes, creyéndonos muy listos cuando metemos comida a los lugares públicos donde no lo permiten, cuando sacamos fotos en conciertos aún cuando lo prohíben, pasándonos altos, estacionándonos en lugares donde no deberíamos y la lista podría continuar. No podemos pedir que los gobernantes acaten todas las leyes cuando nosotros tampoco lo hacemos.
Nos quejamos de la contaminación pero no nos preocupamos de cuidar el aguar ni de enseñar eso a nuestros hijos las maneras en cómo hacerlo. Tampoco nos encargamos de reciclar ni siquiera en los lugares donde se aplican programas para recolección de basura lo hace la gente, por lo que el trabajo de la gente que si toma la molestia de hacerlo no sirve de mucho. No nos percatamos de que cuidando el ambiente, habrá menos contaminación y se reducirán los costos de algunas cosas. Como dice la canción de “Coldplay: Are you part of the cure or are you part of the disease”, lo que es ¿Eres parte de la cura o eres parte de la enfermedad?
Nos quejamos de la pobreza en que está sumido el país y criticamos que en los festejos se gasto mucho dinero que pudiera haber servido para otras cosas, y entonces yo digo, ¡Pero qué hipócritas somos! Que si se gastaron uno, mil o millones de pesos en el festejo eso depende del cristal con que se mira, ya que es la costumbre muy mexicana de aventar la casa por la ventana, que gente con ingreso mínimo cuando tiene alguna celebración, llámense cumpleaños, quince años de la hija, bodas o graduaciones, así empeñé todo cuanto tenga de valor, pero ha de realizar la fiesta más pomposa que den sus posibilidades. Con todo el espíritu del mexicano, fue que se celebraron estos festejos, y el dinero que se gastaron en ellas no es el causante de la pobreza, hay pobreza por muchas otras razones, que el desempleo, que los malos sueldos, que la vida cara… sin embargo, cuando se escogen a los que van a hacer las leyes, a aquellos que podrían modificar las que no sirven, si acaso gana aquel por el que se voto (suponiendo que todos ejercen su derecho y responsabilidad de votar) o aunque el que haya ganado sea otro, nosotros como ciudadanos tenemos todo el derecho de conocer sus propuestas, y tenemos la responsabilidad de exigirles que hagan su trabajo. Pero como malos ciudadanos que somos, si es que algo hacemos (porque ni siquiera eso se hace), es ir a votar el día de elecciones y después nos olvidamos de darle continuidad. Aquí también entra el hecho de que muchos entramos a trabajar y exigimos sin querer dar nada a cambio, por eso el costo para los empleadores sube mucho, por lo que tienen que bajar los sueldos. Sí, volvemos a mencionar el círculo vicioso queremos que se nos pague mucho por hacer poco, nos quejamos del desempleo cuando vemos los periódicos repletos de ofertas, pero allí continuaran porque no nos llegan al precio o no nos parece donde está ubicado el lugar de trabajo. Sí, somos exigentes al pedir pero no estamos dispuestos a dar y pues hay que estar conscientes de que el dinero no crece en los árboles, que se tiene que trabajar, que hay que estar dispuestos a ceder tiempo, a ceder esfuerzo para conseguir la recompensa. No podemos esperar que el gobierno nos regale dinero sin mover un dedo. Repito, la pobreza la acabamos nosotros mismos, trabajemos, enseñémosles a nuestros hijos a valorar un trabajo y a que se sientan orgullosos de que un trabajo digno aunque no sea bien remunerado, es mejor que cualquier trabajo deshonesto así se gane mucho más con eso.

Nos quejamos de tantas cosas que es difícil poner ejemplos de todo. Sin embargo de lo único que si puedo estar segura, es que nos quejamos de cosas que están en nuestras manos resolverlas. La diferencia entre países desarrollados y países como el nuestro no radica en sus gobernantes, sino en los ciudadanos. Ya que ellos podrán tener malos gobernantes, pero al ser buenos ciudadanos hacen que el país siga funcionando bien. Si en vez de quejarnos hiciéramos un esfuerzo por cambiar, no importaría tener malos o incluso pésimos gobernantes ya que el país seguiría siendo bueno. Es decir en vez de con quejas entrar al círculo vicioso donde parece que todos vivimos de forma cómoda o a veces no tanto, deberíamos romperlo al no esperar el cambio de los gobernantes sino siendo nosotros los agentes de cambio.


Definitivamente la culpa no es de los héroes que nos dieron la patria, ellos hicieron su parte cuando les correspondía y nos heredaron un país libre y soberano, la culpa tampoco es de los gobernantes, que si bien son responsables no son los culpables. Los verdaderos culpables de tener un país del que no podamos sentirnos orgullosos seríamos nosotros mismos. Así que la próxima vez que comiences a escuchar a alguien quejarse, o comiences a quejarte del mal gobierno, sal del círculo vicioso, y conviértete en un buen ciudadano, el ciudadano que nuestro México bicentenario se merece. Para que cuando se cumpla uno, dos, o diez años más podamos con alegría unirnos a las celebraciones y decir con orgullo ¡VIVA MEXICO!














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