La Paz, Baja California Sur.
México
Por Valkyria Perla
Hola a todos los lectores de la revista sueños. En esta edición decidí que es suficiente que Laurita viaje sola, así que hice de tripas corazón y rompí mi cochinito para acompañarla en sus correrías. ¿A dónde ir? Cada una tenía sus ideas, así que decidimos el destino lanzando una moneda al aire: Cara, verano en el hemisferio norte, Cruz, invierno en el hemisferio sur. Y como soy medio friolenta, le hice trampa con una moneda de doble cara, y así fue como nos trasladamos más que de inmediato a buscar playas. Y cuando se enteró que le hice trampa, bueno, no me cambió el destino porque el lugar le encantó, pero me hizo hacer el reportaje de nuestras vacaciones. Helo aquí.
Nuestro destino no fue Cancún, Miami, Acapulco, ni ninguna de esas playas tan famosas, y tan concurridas. Con mapas en mano, decidimos viajar al Estado con mayor extensión en litorales en toda la República Mexicana: Baja California Sur. ¿Eso con qué se come? Bueno, para los que nos cuesta ubicarlo en un mapa, aquí está.
Nuestro destino no fue Cancún, Miami, Acapulco, ni ninguna de esas playas tan famosas, y tan concurridas. Con mapas en mano, decidimos viajar al Estado con mayor extensión en litorales en toda la República Mexicana: Baja California Sur. ¿Eso con qué se come? Bueno, para los que nos cuesta ubicarlo en un mapa, aquí está.
Este estado se encuentra en la región Noroeste de la República Mexicana, un desierto enclavado entre el Océano Pacífico y el Golfo de California, también conocido como el Mar de Cortés. Con una extensión territorial de 73475 km2, y litorales de 2705 km, lo que representa el 23.33% de las costas de todo el país, pensamos que definitivamente debe tener playas lindas, y no nos equivocamos.
Llegamos primeramente a la Ciudad de La Paz, que es la capital del Estado, y nos encontramos con esta bella imagen aérea.
Por cierto, que la ciudad de La Paz tiene su propia canción:
Ni tardas ni perezosas, decidimos buscar alojamiento en un hotel a la orilla del mar, en esta bella tierra, encontrando una gran variedad de hoteles y de playas. Lo primero que nos tocó disfrutar, fue el paseo por el malecón costero. Con una longitud de 8 kilómetros, que puedes disfrutar en auto, caminando, en bicicleta, haciendo ejercicio o simplemente sentado en una de las tantas bancas que encontrarás a lo largo del mismo, en cualquiera de los hoteles, restaurantes, o centros nocturnos a lo largo de él, donde nunca dejarás de disfrutar la increíble vista y la deliciosa brisa del mar
De las playas que visitamos, mis favoritas fueron Balandra, El Tesoro, y el Tecolote. Con una arena muy fina, y oleaje muy tranquilo, puedes bañarte sin ningún riesgo, ya que estas playas se encuentran en la Bahía de La Paz, dentro del Golfo de California, o sea, no es mar abierto como las que se encuentran en el Océano, no están hechas para surfear, pero son ideales para viajar con la familia. La más divertida sin duda es El Tecolote, llena de juegos acuáticos. También nos enteramos de una playa llamada El Coromuel, donde se rumora que el pirata Cromwell enterraba sus tesoros, ahora convertida en parque acuático.
Después de adquirir un bronceado espectacular, decidimos recorrer esta Ciudad y conocer un poco de su historia y de su cultura. Así pues, visitamos el museo Regional de Antropología e Historia. Aunque de inicio cuesta ubicar este Estado, también cuesta creer que tenga una historia interesante. Sorpresa, sorpresa, tiene historia. La península de Baja California fue cuna de tres culturas, Guaycuras y Pericúes en la parte Sur del Territorio, y Cochimíes en la parte Norte. Ninguna de las culturas edificó pirámides, por eso los antropólogos y paleontólogos tardaron tanto en hablar de ellas, y aún están en proceso de investigación. Pero cada una tenía tradiciones muy interesantes, sobre todo en el culto a los muertos. “Los ritos funerarios eran particularmente elaborados, como lo muestran los descubrimientos de Harumi Fujita en la bahía de La Paz. En el yacimiento llamado El Conchalito, Fujita encontró un entierro donde el personaje central parece haber sido inhumado en dos etapas: una al morir, y otra después de una exhumación, cuando estaba en estado de descomposición. Tras este acto, el cuerpo debió ser cortado a la altura de la vértebra lumbar. Los entierros de la bahía de La Paz contienen muy pocos objetos asociados, entre los que hay que contar adornos corporales y herramientas.”
La Ciudad de La Paz, fue fundada por Hernán Cortés el 3 de Mayo de 1535, y originalmente la llamó “Baya de la Santa Cruz”. A pesar de eso, no hubo una verdadera explosión demográfica hasta la década de 1980. Sin embargo, los paceños (gentilicio para los habitantes de La Paz) que conocimos no dejaron de presumirnos sus edificios históricos: La Catedral de Nuestra Señora de La Paz, el antiguo Palacio de Gobierno, el antiguo Palacio Municipal, su primer teatro, Teatro Juárez, inaugurado el 15 de Septiembre de 1910, así como el Teatro de la Ciudad, inaugurado apenas en 1987. Pero lo que más nos presumieron, fue la Sala de Conciertos inaugurada en Septiembre de 2009, contándonos que es única en su estilo en toda la Región Noroeste del país, y pidiéndonos que los invitemos a visitarla y vivir un concierto en ella.
Tanto paseo nos dio hambre, y aunque hay una gran variedad de restaurantes ofreciendo tanto cocina nacional como internacional, decidimos buscar platos regionales. Las recomendaciones de los locales fueron pescados, mariscos, carnes, la tradicional machaca, en una amplia variedad de restaurantes ya tradicionales, como La Mar y Peña, Bismarck, Las Brisas, Hotel Perla, Los Magueyes y los deliciosos bufetes de Santa Fe, Hotel Araiza Inn, El Sarape… mmm. Como es natural, para no quedarnos con ganas de nada, optamos por el bufete, total, podemos volver a nadar para quemar las calorías.
Exhaustas del primer día, decidimos buscar alojamiento junto al mar, teniendo como opciones uno de los tradicionales hoteles de la región, como el Hotel Perla o el Hotel Los Arcos, así como lugares internacionalmente conocidos, como Seven Crown, Grand Plaza o Araiza Inn, entre otros. Definitivamente, la ciudad de La Paz, le hace honor a su nombre. Es un gran lugar para descansar, por la calidez de su gente y de su clima, la pureza de su aire y el bellísimo contraste entre el mar y el desierto.
Ah, pero aquí no acaba aún la aventura. Recuerden que la extensión territorial es de 73475 km2. Pero para no hacerles cansado el paseo, les dejo una pequeña guía de las poblaciones y lo que se puede hacer.
BAJA CALIFORNIA SUR
En Guerrero Negro se encuentra la segunda salinera más grande del mundo. No dejes de visitarla si tienes oportunidad.
En la Sierra de San Francisco Javier, se pueden admirar pinturas rupestres hechas por pobladores tan antiguos, que para los mismos locales es un misterio por descubrir quien las ha realizado.
En el norte del Estado, en verano, se hace el festival de la Tortuga Marina, para dar la bienvenida a las tortugas recién nacidas en costas sudcalifornianas y ayudarlas a llegar a salvo al mar.
Santa Rosalía tiene su propia tradición. Inició como una colonia francesa dedicada a la minería, por lo que su pan tiene todo el sabor y la tradición del pan francés. Además, su Iglesia misionera fue diseñada por el mismo Gustavo Eiffel (sí, el de la torre).
En el océano pacífico, yendo de sur a norte, desde Puerto Chale hasta Laguna Ojo de Liebre, en los meses de Diciembre a Marzo, puedes avistar a la ballena gris, que viaja desde los mares de Bering y Chukchi, en Alaska y recorren 10,000 Km. hacia el sur para procrear
No puedes dejar de visitar Loreto, la Primera Capital de las Californias, bellísimo puerto turístico en auge.
En Todos Santos, Pueblo Mágico, además de una gran tradición y de dulces regionales, hay increíbles playas en mar abierto, ideales para el surf.
La Sierra de la Laguna, contiene el único bosque de pino-encino de Baja California Sur y la única selva sudcaliforniana de toda la península.
Y para cerrar con broche de oro, llegamos a Los Cabos. Hay bellísimas playas en La Ribera, no dejes de visitarlas. Lo más conocido en Los Cabos, es Cabo San Lucas, puerto turístico por excelencia, ideal para descansar, con bellísimas playas y con pesca deportiva.
Largo el paseíto, ¿vieron? Ahora regresamos a casa, a descansar de las vacaciones y a presumir el bronceado. Con esto nos despedimos queridos lectores, no sin antes recomendarles que si van a Baja California Sur, no dejen de preguntar por los paseos organizados a las islas, y dense la oportunidad de saborear las pitahayas, fruta completamente regional.
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